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Cantantes y constipados

Suena a comedia de enredos, pero el título se refiere a la relación odio-odio que con la que están especialmente familiarizados los cantantes y quienes viven con ellos, ya que suelen acabar pillando cada resfriado que el cantante se lleva a su casa. Es un tema de conversación muy común entre cantantes, es un fenómeno en sí. Una vez oí a Joan Manel Serrat diciendo en un documental algo así: "este ha sido un buen invierno, no me he resfriado. Resfriarse es de lo pero que le puede pasar a un cantante". ¡No es broma! A continuación una actuación suya en directo, de hace mucho tiempo, pero igualmente disfrutable.

A nadie le gustan los resfriados, está claro, pero es un poco peor si eres cantante. Es como si tu jefe te obligara a tomarte unas vacaciones que no te apetecen en absoluto, más el malestar físico. En el espacio de una semana tu voz pasa de sexy a ridícula, luego desaparece por completo y después empieza el proceso a la inversa. Evidentemente, todo se para: nada de grabar, por descontado, ensayar hace pupa y no sirve de nada, y actuar... ese es un tema en sí mismo. Hay que sacar la bola de cristal para intentar predecir si, en el día del bolo, tu voz estará ida del todo (en cuyo caso mejor cancelar lo antes posible y dar a la sala tiempo para encontrar otro artista), o si te quedará voz suficiente como para salir adelante. No sé cómo, pero siempre acaba siendo esto último.

Entonces, ¿qué hacer para mantenerse alejado del mocoso cautiverio de un constipado? Hay una cosita que a mí me funciona: el própolis. Oí hablar del própolis por primera vez de boca de la cantautora chilena Paula Herrera (en el vídeo de arriba), con quién compartí escenario y trabé amistad en Barcelona en 2011, durante su gira española. Por supuesto, estábamos debatiendo el tema de los resfriados. El própolis es una sustancia que utilizan las abejas para sellar agujeritos en la colmena, y tiene propiedades fungicidas y antisépticas. El truco está en empezar a tomarlo (normalmente en forma de cápsulas) al notar los primeros síntomas del resfriado. Es ese caso, parece que lo frene por completo. Si ya es tarde para eso, al menos ayuda a sobrellevar los síntomas. Pero hay que asegurarse de seguir tomándolo durante siete días seguidos, como si fuera un antibiótico, de lo contrario el resfriado acaba reapareciendo por sorpresa. ¡No me preguntéis por qué!

Ahora, ¿es realmente el própolis el que funciona o funciona porque estoy convencida de que va a funcionar? Podría ser, no os voy a mentir, la mente es poderosa y el cuerpo tiene una gran capacidad de autocuración, así que puede que sólo funcione si realmente tienes fe (¡madre mía! Suena salido de la película Hook). En cualquier caso, a mí me ayuda, y actualmente los constipados me preocupan mucho menos que antes, aunque aquí en Dalian hace frío de verdad (es el Polo Norte metafórico de la canción de abajo, grabada con Sour Bounty) así que un poco sí que me tengo que preocupar.

Aparte del própolis, hay otros remedios naturales que podéis probar, como la famosa infusión de jengibre y limón con una buena cucharada de miel, o las menos conocidas pero igualmente efectivas duchas nasales (mejor abrid el enlace, da un poco de grima explicarlo aquí), así como gárgaras con infusión de tomillo para limpiar la garganta, o de agua con sal si lo que queréis es detener una infección incipiente. Todas estas cosas ayudan a pasar el resfriado más deprisa y mejoran la congestión.

Bien, pues estos son mis remedios personales contra los odiosos resfriados. Espero que os vayan bien a vosotros también. Pero más vale prevenir que curar, así que ¡abrigaos bien, que hace un frío que pela!

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