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Dios los cría y ellos se juntan


Hace mucho, mucho tiempo, un amigo me dijo: "uno no escoge a quién quiere". En aquel entonces no estaba del todo de acuerdo. Pensaba que me conocía tan bien y que tenía tan controladas mis emociones y elecciones que el hecho de no poder escoger a quién querer no me parecía posible. Ahora me doy cuenta de que mi (exceso de) confianza de aquellos tiempos venía de no haberme expuesto todavía a ninguno de los desafíos que la vida me tenía preparados. Ahora soy más sabia... ¡no sé un carajo! La siguiente canción de Suzanne Vega siempre me recuerda a ese amigo mío. En su momento lo sentía tan cercano que era como si fuera de mi sangre. La canción empieza así: "when blood sees blood of its own it sings to see itself again, it sings to hear the voice it's known, it sings to recognize the face" (cuando la sangre ve sangre de la propia, canta para verse de nuevo, canta para oír la voz conocida, canta para reconocer ese rostro).

Por qué nos gusta lo que nos gusta, gente incluida, sigue siendo un misterio para mí. La única forma de analizarlo que se me ocurre es intentar encontrar patrones en común entre los sujetos de mi afecto. En lo que concierne a amistades, el patrón es muy claro: la mayoría son músicos y (como mi querido Bo suele apuntar de vez en cuando, y no particularmente ilusionado al respecto) la mayoría son varones. Para ser sincera, creo que esto último es consecuencia de lo primero, ya que parece haber más hombres involucrados en esto de hacer música que mujeres, por lo tanto, gran parte de mis amigos son chicos. Y el que me caigan bien y sean mis amigos no es una cuestión de elección, sencillamente ocurre. Mi amigo tenía razón. Aquí tenéis una canción genial sobre músicos, "Sultans of Swing", de Dire Straits.

Cada uno de ellos está loco a su manera, supongo que eso es lo que nos une, la alegría y la lucha constante (por el éxito, por el reconocimiento, por ganarse la vida, por mejorar, por encontrar el tiempo para dedicarle) que la música representa para nosotros y que nos vuelve majaras... ¿o estábamos majaras ya desde el principio y la música no es más que un accesorio de nuestra locura? A estas alturas ya no importa, esta dolencia que compartimos es irreversible, ¡jaja! en palabras de Tory Amos, que me gusta robar de vez en cuando, "I got my own band to play" así que "I'm not dying today" ("tengo mi propia banda con la que tocar" así que "hoy paso de morirme").

Cuando estás rodeada de locos, tu propia demencia no parece tan seria. En un buen trato.

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